Avisado estaba: el partido entre el Mallorca y el Real Zaragoza arrancaría pocos aplausos por goles. Y al final, las previsiones tuvieron razón. Empate a cero entre dos equipos que, últimamente, no les gusta mucho eso de perforar la portería contraria. Los insulares volvieron a dejar su marcador a cero y siguen siendo uno de los equipos menos goleadores de la categoría. Por su parte, para el Real Zaragoza el empate obtenido es, dependiendo del prisma, menos bueno o menos malo. Perder, no se perdió.
Normalmente, un empate a cero no suele dejar muchas cosas que contar. No es el caso del último partido del Real Zaragoza, cuyo empate en Mallorca ha dejado varios frentes de atención. El primero de ellos, el que más importa, es que el equipo blanquillo ya es segundo en la clasificación de segunda división. No es un dato baladí: desde que descendió en la temporada 13/14, jamás habían pisado las dos primeras posiciones de la tabla. Ni de rebote, ni temporalmente, nunca. Ahora, toca saborearlo. Aunque Ranko Popovic ya ha avisado que lo importante no es la posición, sino mantener la línea de juego para no perder fuelle.
El Real Zaragoza es segundo de la Liga Adelante gracias al punto obtenido en tierras baleares, pero también gracias a las derrotas de Osasuna y Córdoba, que a pesar de no puntuar sigue siendo el líder de la categoría. Dos derrotas que entraban dentro de lo posible, aunque muchos pensaban que no se producirían a la vez y en la misma jornada. Se alinearon los planetas y ahora la segunda posición de la tabla tiene acento aragonés.
Más datos: el bloque blanquillo sigue siendo también el único equipo que no conoce la derrota jugando como visitante. Tampoco es un dato despreciable, puesto que no hace mucho tiempo hablar de los partidos del Real Zaragoza en territorio comanche era hablar de catástrofe. Esto también ha cambiado. El equipo sabe cómo defender, cómo plantarse en el terreno de juego y sale de los vestuarios con un plan de acción que ejecuta sin problemas en el césped. Obviamente, con todo lo que resta de competición, la ejecución del plan encontrará fallos, y seguramente se volverá a hablar de alguna época de vacas flacas.
Superior al Mallorca
En lo puramente deportivo, el partido no generó dudas: el Real Zaragoza fue superior a su rival. Una vez más, y esto sigue siendo uno de los puntos a mejorar, solo la falta de acierto fue un problema para obtener la victoria. Las ocasiones existieron, pero no se culminaron. Sin dar opción al Mallorca de generar peligro, pronto comenzaron Hinestroza y Ortuño a merodear el área rival. Ninguno de los intentos iniciales fructificó.
Tampoco los intentos secundarios, ya que ni Diamanka ni tampoco Ángel pudieron batir a Wellenreuther. El que más se estará removiendo será, a buen seguro, el bueno de Diamanka que falló un mano a mano clarísimo ante el citado portero. Con este balance, ambos equipos se marcharon a los vestuarios. Tras el paso por los mismos, se vio otro Mallorca. El careo se igualó y los dueños del campo buscaron con más ahínco la fortuna.
Pero también el Real Zaragoza, que veía como una tras una se quedaban en agua de borrajas todas sus ocasiones. Ángel fallaba un pase de Dorca que pintaba en medio gol, poco después otra intentona de Hinestroza terminaba en córner. Y así, con la fortuna en algún sitio alejado de las Islas Baleares terminó el partido con el que, por fin, el equipo aragonés pisaba la tierra prometida.