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Dos rojas, seis goles y un reparto de puntos

Las espadas estaban en todo lo alto: volvía el derbi aragonés a los terrenos de juego y todo apuntaba a que el partido sería emocionante y vibrante. A partes iguales o no, eso todavía estaba por dirimirse. Y lo que prometía lo acabó siendo: Real Zaragoza y SD Huesca empataron a tres en La Romareda, en un partido que tuvo de todo y que se le escapó al equipo blanquillo en los minutos de descuento. Debutó Lluis Carreras en el banquillo zaragocista, y lo hizo con buenas sensaciones y alguna apuesta personal: Jorge Ortí volvió a enfundarse la camiseta de titular mucho tiempo después.

En el banquillo oscense, Anquela se mantenía firme con su sistema: 5-3-2, con la mordiente de Tyronne y Machís como argumento principal. Carreras, por su parte, renunció a su favorito 4-3-3 para apostar de salida con un 4-2-3-1 que acabaría remozando en el descanso por culpa de la expulsión de Ángel. Dejando los sistemas a un lado, que no son más que esquemas, el derbi aragonés no defraudó y derrochó intensidad y alternativas durante todo el partido.

A pesar del resultado, y de que al Real Zaragoza se le escapó la victoria en los últimos minutos, lo cierto es que el Huesca tiró más durante todo el choque y gozó de momentos de mucho dominio. De hecho, a los locales les costó media hora larga entrar en el partido y romper con el dominio inicial. Hinestroza y Ángel –de chilena- avisaron a Leo Franco de que estaban online. Ambos fallaron sus intentonas iniciales. No le ocurrió lo mismo al delantero canario cuando lanzó su segundo misil, que hizo blanco donde quería para subir el primer tanto al marcador. Pocos minutos después, cuando muchos aficionados ya estaban en el bar haciendo fila, el propio Ángel volvía a ser protagonista, esta vez con su expulsión. Un enredón con Carlos David, en el que hubo faltas, balonazos, patadas y puñetazos, acabó con el canario expulsado y el central oscense amonestado.

Uno menos sobre el campo y toda la segunda parte por delante. Y se notó, lógicamente. Tanto se notó que el Huesca no se hizo el longui y se fue a por la portería contraria. En apenas tres minutos (lo que dura la horquilla del 56 al 59) los azulgranas metieron dos, con firma de Fran Merida y Figueroa. Muchos ya se temieron lo peor: al Real Zaragoza no se le da muy bien remar con el marcador en contra. Pero los presagios no se cumplieron esta vez y los de casa no solo empataron, sino que se pusieron por delante gracias a Ortuño y Diamanka. Los dos salieron desde el banquillo y resultaron providenciales.

Con un 3-2 en el marcador era de esperar que los minutos finales fueran una locura. El Huesca sacó todo el arsenal que pudo al campo para buscar el empate y no le salió mal. Eso sí, primero vieron una roja: la que se llevó al vestuario Fran Merida poco antes del empate definitivo, que fue obra de otro protagonista del choque, Carlos David, que aprovechó un rechace de estos tontos dentro del área que se acaban convirtiendo en gol.

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