Otra vez la segunda parte. De nuevo el segundo acto de un partido condenó al Real Zaragoza. Ante el Numancia se empató (2-2), pero no es el dato relevante. Un punto puede ser bueno por aquello de no perder, pero nunca lo será si ha llegado después de tener todo de cara más de la mitad de un duelo. El equipo de Ranko Popovic tuvo el partido controlado, fue capaz de marcar dos goles para poner en el marcador un 2-0, que parecía predecir una nueva y reconfortante victoria. Pero no fue así. El Numancia le echó narices e igualó la contienda para llevarse un punto de Zaragoza.
Lo mencionado en el primer párrafo podría ser un resumen perfecto del partido. Pocos datos más son necesarios para comprender lo acontecido en el último partido. El Numancia llegaba hasta la Zaragoza ‘amenazando’ de que en La Romareda se crecería, que no se dejaría llevar por las malas sensaciones de su derrota en Leganés. Y así fue. Se le complicó el partido pero nunca le perdió la cara. Es más, Arrasate tuvo los arrestos necesarios para hacer los cambios oportunos y desdibujar a un rival en evidentes apuros.
Un gol de Abraham en la primera parte y otro de Ortuño en los primeros compases de la segunda parte no fueron razón suficiente para que el Real Zaragoza ganara. Dos goles de escándalo, todo hay que decirlo. La creación y ejecución de los mismos es digna de ver una y otra vez. Hicieron recordar a los aficionados de La Romareda que el equipo puede aspirar a más en muchos momentos. Pero el equipo se fundió, los cambios no ayudaron y el Numancia se vino arriba. Pedraza puso el 2-1 tras el bote de una falta y, apenas 12 minutos después, Óscar Díaz subió el empate al marcador.
Fue precisamente el gol del 2-2 el que mostró a la perfección uno de los problemas que arrastra el Real Zaragoza últimamente: su endeblez. Natalio lanzó a puerta en un lanzamiento que no pintaba peligroso, pero toda la defensa hizo acto de no presencia; Díaz aprovechó la omisión zaragocista y el gol terminó en el acta. Para reflexionar el estado físico en el que terminaron algunos jugadores como Abraham o Ángel, que se dio una soberana paliza para terminar el partido completamente desfondado y con molestias.
Fuera del descenso
Las buenas noticias para el bando aragonés en segunda división llegaron desde Almería. La SD Huesca venció y convenció en su visita al ahora colista de la categoría, el Almería. Anquela se enfrentaba a su primer partido como visitante y decidió que lo más oportuno era cambiar el sistema de juego. Y el experimento salió bien. Los oscenses vencieron 1-2 y dejan al Almería colista con 14 puntos, algo que pocos esperaban después del equipo que formaron en verano.
La sensación opuesta se la llevó el Huesca, que sale de la zona de descenso merced a tres puntos balsámicos, que les recuerdan que no hace mucho eran el mejor equipo visitante de la liga Adelante. Con 19 puntos, la vida se ve de otra manera, aunque no se debe olvidar que el descenso se sigue marcando en 18.
