Todavía se espera la incorporación de, al menos, tres piezas más al equipo. Pero el principal problema sigue siendo la salida de Manu Herrera y de Whalley, que saben de sobra que deben buscar un destino para jugar la próxima temporada.
El Real Zaragoza continúa digiriendo las sensaciones que dejó el primer partido amistoso serio de la pretemporada. El duelo contra el Nástic dejó sensaciones cruzadas por los contrastes que se vivieron en la primera y en la segunda parte. Milla terminó satisfecho del nivel que mostraron sus pupilos, aunque no ocultó que todavía falta tiempo para que el equipo se compacte como es debido y, sobre todo, dejó ver que faltan jugadores para completar el plantel con el que debería asaltar el ascenso a primera división.
Apenas restan 20 días para que la liga eche a rodar y, como es habitual, quedan muchos movimientos por ejecutar en el seno del Real Zaragoza. Pero hay uno que está realmente enquistado a estas alturas del verano: el asunto de la portería. El equipo blanquillo sigue entrenándose con cuatro porteros, a la espera de que salgan dos de ellos. El problema es que a estas alturas es muy difícil encontrar una salida para Manu Herrera y Whalley. Alcolea ha hecho las maletas para irse cedido, pero el que tiene toda la pinta de ser el titular (Irureta) llegó con la salida todavía fresca.
A pesar de las cosas raras que se han visto en la portería en algún amistoso, nadie tiene dudas de que el binomio de porteros para la competición oficial será el propio Irureta y Ratón, que ha ascendido del filial para quedarse como segundo portero. El caso es que Manu Herrera debe buscar una salida en agosto, cuando la mayoría de equipos que necesitaban un cancerbero ya han cubierto el puesto.
Los fichajes llegarán al Real Zaragoza sobre la bocina
La dirección deportiva del club y el propio Luis Milla tienen claro lo que necesitan de aquí al cierre del mercado de fichajes: un central para apuntalar la defensa, y más teniendo en cuenta que Marcelo Silva ya empieza la temporada lesionado, un centrocampista para dar oxígeno y, sobre todo, un delantero. Los zaragozanos llevan desde la temporada pasada adoleciendo la falta de un delantero tanque con más pólvora de la que acumulan los que ahora mismo ocupan esa demarcación. La falta de gol volvió a ser evidente frente al Nástic, y el equipo no se puede permitir volver a pasar otra campaña acusando esta carencia.
Mientras llegan las nuevas incorporaciones, el equipo seguirá preparando los duelos de pretemporada que restan por disputar. La próxima cita está fijada contra el Alavés el 6 de agosto, un rival que pisará campos de primera división la próxima temporada. Tres días después el CD Ebro visitará la ciudad deportiva para otro partido, mientas que el Eibar será el rival encargado de cerrar los compromisos estivales el 13 de agosto en el Trofeo Ciudad de Zaragoza-Memorial Carlos Lapetra.