Cuando se obtiene un empate, siempre hay varios puntos de vista de analizar. Hay quien lo da por bueno y a quien le parece un resultado nefastos. El Real Zaragoza solo pudo empatar contra la Ponferradina, pero el punto obtenido le permite quedarse en la misma posición de la tabla, y a la misma distancia del ascenso directo.
Sigue cotizando el Real Zaragoza a los puestos de ascenso directo. Lo sigue haciendo tras obtener un ¿valioso? empate frente a la Ponferradina (1-1). La etiqueta de valioso se la tiene que poner cada uno, dependiendo del prisma con el que se analice el punto obtenido y la manera de lograrlo. Cierto es que el equipo blanquillo dominó el partido a su antojo en la primera mitad, y más cierto es que durante el segundo acto se descalabró. Cierto es que, en el computo de méritos, hizo los suficientes para no perder y tampoco es faltar a la verdad si se dice que la Ponferradina se podía haber llevado el gato al agua si hubiera aprovechado mejor la locura final del partido.
El caso es que el Real Zaragoza cierra una nueva jornada de su devenir en segunda división con opciones claras de poner el punto y final a su terrible andadura por la misma. Se lleva un punto de un campo complicado, puesto que la Ponferradina es uno de esos equipos que se está jugando permanecer en segunda división, razón por la cual sus partidos se convierten en auténticas bombas de racimo. De hecho, se adelantaron en el marcador. Y solo el caos de la segunda mitad permitió que Ángel se reencontrara con el gol para poner la igualada, y dejar en el olvido el gol fantasma de Ortí o los presuntos penaltis no señalados a Dongou. “Hemos podido sacar la cara y conseguir al menos un empate”, decía a modo de resumen Lluis Carreras al terminar el partido.
El Real Zaragoza pudo perder en Ponferrada
Y ganar, evidentemente. Podría haber ganado si en la primera parte hubiera aceptado la humilde invitación de la Ponferradina para tener el control del balón y del partido. Como se dice en Aragón, faltó rasmia en esa parte del duelo. Pero así es el deporte. Hubo más claves que destacar, y que hacemos como cada semana en nuestros destacados del último partido del Real Zaragoza.
- Manu Herrera: el portero salvó, literalmente, la cabeza del Real Zaragoza. Durante la segunda parte tuvo varias intervenciones claves para que la Ponferradina no se viniera arriba. Criticado durante algunas fases de la temporada, Herrera se ha apuntado a la moda de ‘callar bocas’.
- La alineación: el Real Zaragoza, de nuevo, tuvo que afrontar sin varios titulares un partido de relevancia. Acerca del empate se puede discutir mucho, pero de la relevancia que tienen en este equipo jugadores como Hinestroza o Lanzarote debería estar fuera de toda valoración.
- La reacción blanquilla: no es raro ver que un equipo va por detrás en el marcador para que de el pistoletazo de salida a su juego de ataque. Una vez más, y van varias esta temporada, los hombres de Carreras iban perdiendo en el momento que decidieron jugar al ataque. Habrá a quien le parezca una buena hoja de ruta, pero es indudable de que cuanto menos es arriesgada.
Partidos vitales en La Romareda
En estos momentos, el Real Zaragoza se juega el ascenso con una terna de equipos entre los que están el Oviedo, el Nástic, Osasuna o el Girona. Quedan seis partidos por delante en los que el club se jugará su porvenir. La ‘buena noticia’ es que a los dos primeros de la lista hay que recibirlos en La Romareda, lo que se traduce en partidos de seis puntos, puesto que el equipo ganador no solo se lleva los tres puntos, sino que además impide que los sume un rival directo. De los resultados de partidos así depende en gran medida el futuro del Real Zaragoza.