Se podría decir que en el mundo de las apuestas deportivas el fútbol es el rey, y el baloncesto su príncipe. Ambos deportes acaparan un altísimo número de apuestas cada día, influenciados sobre todo por el hecho de ser los dos más conocidos a nivel mundial. En lo que al tema apuestas se refiere, muchos consideran que jugar con el fútbol es mucho más sencillo y previsible que hacerlo con el baloncesto pero, ¿tienen razón?
Ciertamente, hablar de baloncesto es hablar de un deporte muy volátil. Los partidos son muy inciertos y el marcador está en constante cambio. Por ello, son muchos los “expertos” que entienden que es mucho más difícil hacer una previsión anterior de qué puede pasar en este deporte. A la hora de gestionar apuestas deportivas de baloncesto – en general- nos dejamos llevar demasiado por el factor suerte, una estrategia acertada o equivocada en función de a quién preguntes.
A pesar de que el resultado en baloncesto puede dependen en muchas ocasiones de que esa última maldita canasta entre, hay una serie de elementos en los que nos podemos fijar para apostar. Uno de ellos, clave como en todos los deportes, es conocer la competición: no es lo mismo la Liga Endesa en España que la NBA. Solo la acumulación de partidos en pocos días que sufren al otro lado del charco puede ser determinante para nuestro pronóstico.
Algunas claves
Igual que el fútbol, lo primero que debemos tener en cuenta es el factor emocional. Para apostar hay que tomar las decisiones con la mente y no con el corazón. El ejemplo del fútbol extrapolado al basket: ¿quién apostaba 100% seguro por el CAI Zaragoza hace un mes?
Una vez que hemos dejado el corazoncito a un lado, se pasa al mundo del análisis. No hace falta ser un especialista en Excel ni dedicar horas interminables. Basta con conocer a los dos equipos en liza de nuestro partido y analizarlos por separado, detectando sus fortalezas y, sobre todo, qué jugadores tiran del carro. El estado de forma de la estrella de un equipo de baloncesto es mucho más determinante que el de un equipo de fútbol; con sus X puntos puede llevar él solo hasta la victoria a los suyos.
Factor venganza
Puede sonar raro, pero existe. Está demostrado que el hambre de “venganza” que tienen los jugadores de baloncesto (y por ende un equipo) influye en los resultados. En el caso concreto de la NBA, otros factores como el equipo, la división o la conferencia influyen en los resultados futuros. Cuando hablamos de factor venganza hablamos del aumento de la motivación que lleva a un jugador a luchar más por una victoria cuando ha perdido el último enfrentamiento.
Tal y como señala el estudio que hemos enlazado, otro factor muy influyente es el ritmo de partidos. Este es un asunto importante a tener en cuenta en la NBA, donde pueden llegar a afrontar cuatro duelos en cinco días, aunque no tanto en la ACB donde la acumulación de partidos brilla –normalmente- por su ausencia.
