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La victoria lejos de La Romareda sigue siendo asignatura pendiente

Muchas veces, el fútbol es injusto. Una pena máxima volvió a meterse en el camino del Real Zaragoza. Seis penaltis en contra y ninguno a favor. Es mucho castigo para un solo equipo. El Getafe solo necesitó uno de estos lanzamientos para quedarse la victoria. Amarga injusticia. La tarea de ganar lejos de Zaragoza sigue vigente. Solo queda pensar en el Reus. 

Lluis Carreras todavía estaba en el banquillo, y el Real Zaragoza apostaba todo lo que tenía para llegar con vida a los playoff por el ascenso a primera división. En ese contexto llegó la última victoria blanquilla a domicilio. Fue en Valladolid, por la mínima (1-2) y con goles del Pedro y de un Lanzarote que últimamente ha bajado algo sus prestaciones. Tras aquel partido llegaron cuatro derrotas más a domicilio (Palamós incluido) y todos los partidos de la presente temporada. Es, por tanto, la gran asignatura del Real Zaragoza.

Parecía que con la llegada de Raúl Agné podía cambiar la inercia. Los más escépticos veían con buenos ojos la llegada de una nueva victoria lejos de Zaragoza. Las sensaciones son muy importantes y, tras el poderío mostrado con la llegada de un nuevo inquilino al banquillo, todo parecía verse de otro color. Pero la realidad es diferente. Las victorias como visitante se cobran muy caras en segunda división, y eso es algo que el Real Zaragoza vive casi constantemente. El partido de Getafe es una buena muestra de lo injusto que puede ser el fútbol en muchas ocasiones. Los aragoneses no hicieron, ni de lejos, un mal partido. Pero no aprovecharon las ocasiones que le brindó el fútbol y, para mas sangre, una pena máxima se volvió a cruzar en el camino aragonés.

Las sensaciones blanquillas

Raúl Agné, un tipo que no suele mentir delante de un micrófono, dejó claro que el resultado es malo (evidente) pero que las sensaciones que mostró el equipo le dejan un buen sabor de boca. Un maldito penalti es de lo poco que hizo el Getafe para quedarse con la victoria. Bagnack soñará con esa acción, que le estropeó una actuación que tampoco fue tan nefasta como muchos se empeñan en mostrar. «La derrota ha sido mucho castigo para el equipo, porque creo que con balón hemos hecho el partido más completo desde que yo estoy aquí», sentenciaba Angé en rueda de prensa. El técnico zaragocista se ha echado a las espaldas la culpa de la derrota y no ha dudado de que sus hombres solo deben tener una cosa en la mente: «pensar ya en el siguiente partido».

El próximo objetivo es el Reus, un equipo que esta misma jornada ha salido de un bache de tres partidos sin ganar, venciendo por la mínima en su campo al Nástic. Un partido inédito del que, obviamente, no hay precedente. Un equipo que no ha visitado La Romareda ni tan siquiera para jugar un partido amistoso. ¿Es por  tanto una víctima propicia para olvidar la derrota en Getafe? Nosotros, que nos gusta el riesgo, pensamos que sí. El poder de La Romareda es suficiente argumento como para que estos tres puntos no se escapen. Además, nadie lo puede olvidar, convertir el estadio propio en un fortín es fundamental para conseguir el ascenso a primera división.

 

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